jueves, 10 de septiembre de 2009

Brian Aldiss, El tapiz de Malacia


En cuanto al carácter, tenía todo lo que se puede desear en un amigo: divertido, perezoso, vano y disoluto.

(...) un hombre es poco más que carne de cañón. Todo lo que podemos hacer es decidir en qué cañones permitiremos que nos metan. Y esa decisión no es permanente; más aún, has de tomarla cada día de tu vida.


- Me alegro de que ése sea tu deseo. También es el mío, sinceramente. Sin embargo, hay fuerzas que separan a las personas, contra lo que ellas desean.
Lo dijo serenamente, como siempre.
- Nos mantendremos animados y así superaremos cualquier dificultad.

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