lunes, 21 de noviembre de 2011

Mendoza, Eduardo. Riña de gatos: Madrid 1936



(...) experimentaba los lacerantes remordimientos del traidor neófito.

Por suerte una propina soluciona cualquier problema de un modo satisfactorio. En este país todo se arregla con una buena propina. Cuando llegué me costaba entenderlo pero ahora me parece un sistema magnífico: permite mantener los sueldos bajos y al mismo tiempo escenifica la jerarquía. El trabajador cobra la mitad y la otra mitad se la tiene que agradecer al amo redoblando el servilismo.

-¡Válgame el cielo, esa cabecita loca los hace ir a todos de coronilla! ¿Qué les dará?
-Lo que dan siempre las mujeres, don Alonso: falsas esperanzas.

Si lo hubiera visto, quizás habría sido fulminado por el brillo cegador de la falsedad, como usted. Lo más fácil del mundo es ver lo que uno desea ver. Si no fuera así, los hombres no se casarían con las mujeres y la Humanidad se habría extinguido hace milenios. Darwin lo vio claro.

La memoria es flaca, idealiza, es negligente, los recuerdos se intercambian datos entre sí.

-El orden de los factores no altera el producto -dijo Paquita con la inconsecuencia de quien no está dispuesto a que la lógica se interponga en el camino de su determinación-(...)

Por ahí...

Publicado en La Nación, 21 de noviembre 2011

domingo, 13 de noviembre de 2011

Bradbury. Más rápido que la vista


     -Si yo estuviera en tu lugar -dijo Black-, me zambulliría de lleno en un romance intenso para distraerme durante la espera.
     -Ya no estoy para esos trotes.
     -Entonces, sufre-replicó Black.
     Las horas pasaban más lentas que los minutos, los días, más lentos que las horas; las semanas, más lentas que los días.

     -Los bibliotecarios guardamos todo. Nunca se sabe quién va a llegar en el próximo tren (...)

     Con la actitud imperturbable que sólo el vino puede proporcionar (...)


Adiós Ray, por Crist

viernes, 11 de noviembre de 2011

Doptor César Bruto



Así como hay médicoS que tienen clientes para tirar al techo, esisten otros que no ligan un enfermo ni por casualidá. Considerando esta idiosincrasia, la clínica médicA de los hermanos junio, de norteaméricA, acaba de publicar un interesante estudio, indicando a los doptoreS algunas martingalas paraumentar la clientela en forma elegante y sin salirse del código penal, Sentiende.
Ante de  todo, los hermanos junio recomiendan canbiar el viejo y antiguo sistema medicaL de desirle a los enfermos que no fumen, no se acuesten tarde, no chupen ni anden mugereando con mugeres en milongas y farras de chanpán. Y han conprobado quen 999 por cada miL casos siempre resulta más sinpático y macanudo el médico que le dise al cliente: 
-¡Ma sí, hombre! ¡Fume todo lo que quiera, salga de noche, métale bastante alcól y búsquese algún programita afuera de su casa para no comer sienpre puchero, como se dice!
Es sierto que, a lo mejor, con ese tratamiento los clientes duran menos, pero nadies va negar quel tienpo que viben  lo difrutan en forma y se gastan la plata de la misma manera que pensaban gastérsela sus herederos.

(Del Medisinal Brutoski IlustradO)

viernes, 4 de noviembre de 2011

Bibliotecarias

Liniers, "Capítulo I"

Publicado en La Nación, 4 de noviembre 2011


Chandlerianas




(De El Rey de amarillo)

La compañía era lo suficientemente importante como para permitirse toda falta de ostentación.

Yo diría que sólo estaba tratando de engañarse a sí mismo... como cualquier perdedor.

Parecía más prolijo que un libro envuelto para regalo.

Una rubia como que hubiera hecho pecar a un obispo.

Lo que uno pidiera, lo que uno quisiera, ella lo tenía.

Nos miramos una fracción de segundo, que pareció durar más de lo que tarda en crecer un pino.

(...), la propia civilización había creado la maquinaria necesaria para su propia destrucción y aprendía a usarla con el estúpido placer de un gángster que prueba su primera ametralladora.


(De Poodle Springs, con Robert Parker)

El movimiento suele ser un sustituto adecuado de la acción.

En las escaleras reinaba el mismo olor a humedad y vidas frustradas.

Espejismo



Parés. Publicado en La Nación, 3 de noviembre 2011