lunes, 27 de julio de 2009

Sturgeon, Theodore

Regreso

Su burla lo protegió un rato, muy breve.

En las épocas de grandes confusiones las cosas menudas siguen su curso. Durante los "diez días que sacudieron al mundo" los cafés y teatros de Moscú y Petrogrado continuaron abiertos, la gente se enamoró, entabló pleitios, murió, derramó sudor y lágrimas; y algunas de estas lágrimas fueron de risa.


¿Quién te metió esa semilla envenenada en el cerebro? ¿Desde cuándo te dominan el miedo, los celos, la inseguridad? ¿Desde cuándo tienes que protegerte a ti mismo contra tu propia imaginación?


Venus + X

Usted tiene preguntas, preguntas urgentes, que hacer; lo sé. Y lo que las hace urgentes es que tiene usted ya en su mente las respuestas que desea oir. Se pondrá cada vez más y más furioso si no obtiene esas respuestas, pero algunas no podrán serle ofrecidas como usted desearía oirlas, porque entonces no serían ciertas. Y otras... no deberían ser formuladas.

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Me aburres, muchacho -dice Smith- cuando te pones de esta manera, me aburres.
- ¿Cuando me pongo cómo?
- Así, tan serio.
- ¿Es malo?
- Un hombre debe tomarse en serio su trabajo. No debe tomarse en serio a sí mismo, sus sentimientos y todo lo demás.
- ¿Qué ocurre si alguien lo hace?
- Se siente insatisfecho.

Mis 100 últimas mañanas


Simpática canción de Huecco(?)







viernes, 24 de julio de 2009

Vonnegut y los bibliotecarios


Domingo, 5 de septiembre de 2004
PAGINA 12

Supl. Radar


La patria en la biblioteca


Por Kurt Vonnegut


He visto, como probablemente la mayoría de ustedes, Faherenheit 9/11, de Michael Moore. El título es una parodia de la gran novela de ciencia ficción de Ray Bradbury, Fahrenheit 451. Esa temperatura, los 451 grados Fahrenheit es, incidentalmente, el punto de combustión del papel, material del que están hechos los libros. El héroe de la novela de Bradbury es un empleado municipal cuyo trabajo es incinerar libros.

Y con respecto a la quema de libros: quiero felicitar a los bibliotecarios, que no son famosos por su fuerza física, ni sus poderosas conexiones políticas ni su riqueza, y son quienes, en todo el país, vienen resistiendo heroicamente a los matones antidemocráticos que intentan hacer desaparecer ciertos libros de sus estantes, y que se han resistido a revelar a la policía del pensamiento los nombres de las personas que sacaron esos títulos. Por lo tanto, la Norteamérica que yo amaba todavía existe, si bien no en la Casa Blanca ni en la Suprema Corte ni en el Senado ni en el Congreso ni en los medios.

La Norteamérica que amo todavía existe en las mesas de entrada de nuestras bibliotecas públicas. Nuestras fuentes diarias de noticias –los diarios y la televisión– están actualmente tan poco atentas, tan poco informativas, que sólo en los libros podemos averiguar qué es lo que está pasando en realidad. Voy a citar un ejemplo: House of Bush, House of Saud el libro de Craig Unger publicado al comienzo de este humillante y vergonzoso año bañado en sangre.

En caso de que no se hayan dado cuenta, y como resultado de un desvergonzado fraude electoral en Florida, donde a miles de afroamericanos les fue quitada su franquicia de norteamericanos, ahora nos presentamos ante el resto del mundo como orgullosos e impiadosos amantes de la guerra, con un arsenal apabullante y sin rival.

En caso de que no se hayan dado cuenta, ahora somos casi tan temidos y odiados como lo fueron los nazis.

Y con razón.

En caso de que no se hayan dado cuenta, nuestros representantes no electos han deshumanizado a millones y millones de seres humanos por su religión y su raza. Los herimos y los matamos y los torturamos y los encarcelamos todo lo que quisimos.

Fácil.

En caso de que no se hayan dado cuenta, también deshumanizamos a nuestros soldados, no por su religión o raza sino por lo bajo de su clase social.

Mandémoslos a cualquier parte. Hagámoslos hacer cualquier cosa.

Fácil.

Entonces soy un hombre sin país, excepto por los bibliotecarios.

Antes de que atacáramos Irak, el majestuoso New York Times garantizó que existían armas de destrucción masiva.

Hacia el final de sus vidas, Albert Einstein y Mark Twain perdieron toda esperanza en la raza humana, aunque Twain no había visto la Primera Guerra Mundial. Hoy, la guerra es una forma de entretenimiento televisivo. Y lo que hizo tan entretenida a la Segunda Guerra fueron dos inventos norteamericanos: el alambre de púa y la ametralladora. La “metralla” (Shrapnel) fue inventada por un inglés con ese nombre. ¿No les gustaría que hubiera algo bautizado con sus nombres?

Como mis distinguidos mayores Einstein y Twain, ahora soy yo el tentado por la desesperanza. Y, como algunos de ustedes saben, no es la primera vez que me rindo ante una despiadada maquinaria bélica.

¿Mis últimas palabras? “La vida no es modo de tratar a un animal, ni siquiera a un ratón”.

El napalm salió de Harvard. ¡Veritas!

¿Nuestro presidente es cristiano? Adolf Hitler también lo era. ¿Qué se le puede decir a nuestros jóvenes, ahora que personalidades psicopáticas, personas sin conciencia, sin un sentido de la piedad y la vergüenza, han saqueado todo el dinero de nuestro gobierno y nuestras corporaciones y lo han hecho propio?

San Ryu Scha


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San Ryu Scha:"rezagado, abandonado", término con el que se conoce a los soldados japoneses que no se enteraron de que la guerra había terminado.
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SHOICHI YOKOI, EL SOLDADO QUE SOBREVIVIO 28 AÑOS SIN SABER QUE LA GUERRA HABIA ACABADO


El 24 de enero de 1972 fue encontrado Shoichi Yokoi, el soldado japonés que sobrevivió durante 28 años en la isla de Guam, ignorando el final de la guerra. Yokoi era sastre de profesión, pero su vida cambio cuando fue llamado para integrar el ejército imperial, durante la Segunda Guerra Mundial.

Primero fue destinado a China, y en 1944 a la isla de Guam, en el archipiélago de las Marianas, Pacífico Sur. Cuando las tropas estadounidenses tomaron la isla, la mayoría de los 19.000 soldados japoneses murieron en combate y alrededor de dos mil huyeron a la selva y se entregaron cuando Japón se rindió.

Pero un pequeño grupo de sobrevivientes permaneció escondido en la selva, posiblemente porque ignoraba que la guerra había terminado. Uno de esos hombres era el sargento Shoichi Yokoi, quien se ocultó junto con ocho camaradas que fueron muriendo hasta dejarlo completamente solo.

Durante 28 años vivió en un lugar terriblemente inhóspito, alimentándose de cangrejos, ratas, caracoles, anguilas y frutas, y cuando su uniforme se deshizo, este sastrecillo valiente elaboró ropa con cortezas de árbol.

Aunque llegó a escuchar alguna noticia sobre el fin de la guerra, supuso que se trataba de propaganda estadounidense, y cumpliendo su promesa de no entregarse al enemigo, permaneció en la selva.



Y todo siguio asi hasta ese dia de enero de 1972, en que dos cazadores lo vieron mientras pescaba, y cuando trataron de hablarle Yokoi salió corriendo para refugiarse en su cueva.

Finalmente fue rescatado y regresó al Japón, donde se le recibió como un héroe y allí declaró que sentía vergüenza por no haber cumplido su misión.

A pesar de los cambios tecnológicos, se adaptó muy rápido a su nueva vida, escribió dos libros y trabajó en televisión en un programa de tácticas de supervivencia. Murió en 1997 después de haber manifestado su desencanto por el Japón moderno.
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Onoda, el último San Ryu Scha
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Hiroo Onoda era Oficial de Inteligencia y Teniente del Ejército Imperial, había recibido entrenamiento en tácticas de guerrilla y supervivencia en la selva, el 26 de diciembre de 1944 fue uno de los soldados enviados a la defensa de la isla Lubang (pertenecientes a las Filipinas).
Desde el 1 de marzo de 1945 tropas estadounidenses desembarcaron y en corto tiempo controlaron las islas, junto con 3 compañeros: Soldado Yuitchi Akatsu (quien se rindió a las fuerzas filipinas en 1950) Cabo Shoichi Shimada y Soldado Kinishichi Kozuka (quienes murieron por heridas de arma de fuego producidas durante enfrentamientos contra el ejército filipino en 1954 y 1972 respectivamente). En ese momento Onoda contaba con 23 años de edad.
Se procuraban la comida recolectando los frutos que encontraban, o cazaban animales de la zona, incluso el ganado criado por los lugareños, la comida no escaseaba ya que en algunas ocasiones irrumpían en las chozas de los habitantes de la isla y “requisaban” diversos artículos como: comida, utensillos, cacerolas, incluso linternas y en una ocasión una radio, con la que pudieron escuchar noticias de Japón y Australia, que consideraron propaganda estadounidense, llevaban una vida nómada construyendo refugios en donde solo permanecían unos pocos días, excepto en invierno durante las torrenciales lluvias cuando nadie se internaba en la jungla.
Al igual que otros rezagados encontraron panfletos y periódicos que anunciaban el final de la guerra, y que ahora Japón y los Estados Unidos eran aliados, pero además los nuevos responsables de la defensa del país del sol naciente tenían informes provenientes del gobierno filipino y de la inteligencia estadounidense de que el Tte. Onoda y sus compañeros aún se escondían en la isla Lubang y que continuaban en estado de guerra, así que desde mayo hasta noviembre de 1959 decidieron tratar de contactarlos hablándoles por medio de parlantes ubicados en una colina (llamada durante la guerra “Cota 600”) informándoles del fin de la guerra y asegurándoles que su honor no se vería comprometido ni menoscabado al rendirse, incluso llevaron al hermano del Tte. Onoda para que le hablara, pero todo fue en vano, después de suspender la operación, fueron oficialmente declarados muertos.
Siguiendo sus órdenes los san-ryu-scha continuaron sus operaciones contra los ejércitos aliados apostados en la isla y posteriormente contra el ejército filipino y los lugareños a quienes consideraban colaboradores del enemigo, en estas escaramuzas se cree que provocaron unas ciento treinta bajas entre muertos y heridos tanto a civiles, como a las fuerzas del orden apostadas en la isla.
Pero todos los esfuerzos por capturarlo o convencerlo de rendirse no dieron frutos, hasta el 20 de febrero de 1974, cuando un viajero solitario Norio Suzuki, logró dar con Hiroo Onoda, Suzuki tenía la intención de convencerlo de que regrese a Japón, pero Onoda le dijo que solo podía rendirse por orden de su superior, con esta información Suzuki partió y el 9 de marzo del mismo año regresó a un lugar convenido, dejándole una foto de las que le había tomado en la ocasión anterior, una nota y unas órdenes del ejército, las cuales fueron encontradas por Onoda, quien inicio una marcha de 2 días para posteriormente reunirse con Suzuki y su antiguo comandante superior (ya retirado) Mayor Taniguchi, de quien recibió la orden de rendir su sable.
Al momento de rendirse Onoda además de su espada conservaba su rifle Arisaka 99, unas 500 municiones y algunas granadas.
Oficialmente el Tte. Hiroo Onoda es considerado como el último san ryu scha.

jueves, 23 de julio de 2009

Daniel Aráoz


Internet es un lugar maravilloso. El único problema es que no existe.

(Licenciado en todo, 25-26/06/04)

Bradbury



Mucho después de mediancoche

En días como este, pensé, todas las cosas que nunca hicimos finalmente nos dan alcance, nos desatan los cordones, hacen que nos pique la barba. Dios se apiade del hombre que no ha pagado sus deudas este día.

Quiero que recuerdes que hay compensaciones en la vida. Siempre las hay, pues de lo contrario no seguiríamos viviendo.

(…) dije, loco de triste felicidad, sintiendo que ganaba y perdía todo.

(…) nunca después de eso estuve tan desesperado, enfadado y loco. Nunca la bebida me emborrachó tanto.


Algo más en el equipaje 

La mayoría de los hombres llevan una vida de callada desesperación.


Junior
Y quién sabe... con suerte tal vez soñemos sueños salvajes ¡hasta la hora del té!


Leviatán 99

Y con ella esa desesperación llamada esperanza, que nos despierta al amanecer.

Macedonio. Manera de una psique sin cuerpo.


Cósimo Schmitz, infeliz; protestó de su pasado vacío y rogó a Demetrius que le diera un pasado de filibustero de lo más audaz y siniestro, pues durante cuarenta años se había levantado todos los días a la misma hora en la misma casa, hecho todos los días lo mismo y acostádose todas las noches a igual hora, por lo que estaba enfermo de monotonía total del pasado.

Y si así no es, es porque es mucho más.

En tren de recomendar, recomiéndase también una Psiquiatría Constructiva que procure a cada uno el grado y tipo de locura que ayude a vivir ilusionado; un 10 por ciento de demencialidad, euforia y analgesia por mitades, que nos deshorrorice algo el vivir, que nos desperfile la fiereza del encarnamiento que nos pone la Vida.

Discusión con los noes totales del Silencio.

Tragedia y Humorística no sufren límites en el Arte ni en la Vida.

Pero es igualmente “práctico” saber cómo evitar o lograr los malos y buenos ensueños.

No se cercena importancia a una escena titulándola ensueño y notando que ella no tuvo efectos sobre la realidad, pues los estados en sí, y más los de afección, son lo que vale; lo sufrido o gozado en ensueños es mucho de nuestra vida, es de todos los días. Por otra parte, el placer de las realizaciones en la vigilia de lo que en vigilia deseáramos, es muy mermado, según poetas y ensayistas, y el poder soñar no es despreciable compensación de malas realidades.

La vigilia es un incesante desorden amenazado por algunas regularidades.

Ernesto Sabato,

Sobre héroes y tumbas


La «esperanza» de volver a verla (reflexionó Bruno con melancólica ironía). Y también se dijo: ¿no serán todas las esperanzas de los hombres tan grotescas como estas? Ya que, dada la índole del mundo, tenemos esperanzas en acontecimientos que, de producirse, sólo nos proporcionarían frustración y amargura; motivo par el cual los pesimistas se reclutan entre los ex esperanzados, puesto que para tener una visión negra del mundo hay que haber creído antes en é1 y en sus posibilidades. Y todavía resulta más curioso y paradojal que los pesimistas, una vez que resultaron desilusionados, no son constantes y sistemáticamente desesperanzados, sino que, en cierto modo, parecen dispuestos a renovar su esperanza a cada instante, aunque lo disimulen debajo de su negra envoltura de amargados universales, en virtud de una suerte de pudor metafísico; como si el pesimismo, para mantenerse fuerte y siempre vigoroso, necesitase de vez en cuando un nuevo impulso producido por una nueva y brutal desilusión.






Abaddón el exterminador



No hay temas grandes y temas pequeños, asuntos sublimes y asuntos triviales. Son los hombres los que son pequeños, grandes, sublimes o triviales.


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No pudiendo ser locos o suicidas o criminales en la existencia que les tocó, al menos lo son en esos intensos simulacros.


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(...) y entonces trataba de imaginarse por qué leía sus libros, qué páginas podrían ayudarlo en sus ansiedades, y cuáles, por el contrario, sólo servirían para intensificarlas; qué fragmentos marcaría con ferocidad o alegría, como prueba de su rencor contra el universo, o como confirmación de una sospecha sobre el amor o la soledad.


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Pocas soledades como la del ascensor y su espejo (pensaba Bruno), ese silencioso, pero implacable confesor, ese fugaz confesionario del mundo desacralizado, el mundo del Plástico y la Computadora.
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Es como un carnaval siniestro: disfrazados de payasos hay también monstruos.


Pero, claro, indicio desde el punto de vista de los hechos posteriores. Creo que, si conociéramos nuestro futuro, a cada instante veríamos surgir aquí y allá pequeños acontecimientos que lo anunciarían y hasta prefigurarían; no conociéndolo, parecen cosas al azar, casualidades sin significado.


Empecé a tomar, encontraba una triste voluptuosidad en el mareo alcohólico.
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(…) he afirmado mil veces que el hombre no es algo explicable y que, en todo caso, sus secretos hay que indagarlos no en sus razones sino en sus sueños y delirios.

Como soy propenso a ver cosas que luego se comprueba sólo existieron en mi imaginación, habría terminado deduciendo que había sido un hecho ilusorio más, si una sorda pero tenaz convicción no me siguiese asegurando lo contrario.

(…) comenzó a invadirme la angustia que siempre me han producido los encuentros fortuitos pero importantes en las grandes ciudades: esa sensación de que torpemente recorremos un laberinto y que cuando el azar (?) nos pone delante de una persona que puede ser fundamental, cualquier obstáculo malogra el encuentro.

(…) y yo quedé tan solo como de chico en una pesadilla.

Cometí el error más estúpido que podía cometer: en lugar de callarme el motivo se lo dije (…)

- Hay años en que uno se levanta sin ganas de hacer nada.
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Uno encuentra lo que consciente o inconscientemente busca. Hablo de los encuentros que tienen destino, no de las idioteces. Si uno tropieza con una persona en la calle, casi nunca ese tropiezo tiene consecuencias decisivas en nuestra vida. Pero sí la tiene cuando ese encuentro no ha sido casual, cuando ha sido provocado por las fuerzas invisibles que operan sobre nosotros. […] El tiempo se encarga de colocar luego los hechos en su debido rango, y cosas que en su inicio parecen triviales se revelan después en toda su trascendencia. Y así, el pasado no es algo cristalizado, como algunos suponen, sino una configuración que va cambiando a medida que avanza nuestra existencia […]
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(…) que mi mente trabaja en dos planos: el superficial del diálogo y otro más profundo y secreto.



-Dame un whisky -dijo, apenas entró.
La Beba lo miró con ojos inquisitoriales.
-Qué te pasa.
- Nada. Sólo tengo ganas de tomar un whisky. Estoy cansado, muy cansado.



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Su cara parecía arrasada por los vándalos: incendios, violaciones, saqueos. Luego buscó un cigarrillo, que encendió con mano temblorosa.



- Este será el centro de tu realidad, desde ahora en adelante. Todo lo que hagas o deshagas te volverá a conducir hasta aquí.

Los dos estaban solos, separados del mundo. Y, para colmo, separados entre ellos mismos.


La conversación entre ellos era tan dificultosa como una ascensión al Aconcagua de dos convalecientes.

domingo, 19 de julio de 2009

sábado, 18 de julio de 2009

Boris Vian


- Supongo que no puedes evitarlo –me dijo-. Eres así.
- No. Me he vuelto así.

Uno siempre se siente agradecido hacia la persona que lo cuida cuando está borracho.

Verbos y excesos

Borges, Tlön, Uqbar, Orbis Tertius:

→ (el verbo es excesivo)

Sabato, Abaddón el exterminador:

→ (el verbo no es excesivo)

Chiqué (R. Brignolo)


"Recuerdo que era más linda

que una guinda

y un pelpa de cien."

miércoles, 15 de julio de 2009

Mempo Giardinelli



Cuestiones interiores




(…) es muy duro vivir recordando amigos y situaciones, la nostalgia es un bicho jodido que te arruina el acá y el ahora porque te hace pensar todo el tiempo en el allá y en el cuando. Y adentro otro whisky y a no pensar, compañero (…)

Hay dolores que no tienen arreglo.

(…) medio litro de Guiness, la cerveza negra local que es como el Toro Viejo de los irlandeses.

-Noche de fracasar en lo que sea.

(…) eso es lo fantástico del cine, que lo heredó de la literatura: que vos sabés que no es cierto pero te lo creés igual.

(…) y él ya lo sabe y quizá por eso es que retrocede en sus recuerdos. Como se regresa a los deseos, con ansiedad y con dolor.

Entonces uno se va haciendo el boludo, una pajita hoy, otra mañana, y de tanto hacerse el boludo termina boludo.



Qué solos se quedan los muertos


Y una fantasía, claro, pues los hombres al fin y al cabo vivimos de nuestras fantasías. Son nuestro alimento.


Imposible equilibrio

Y la literatura, claro, como posibilidad de encuentro con aquellos viejos valores universales y también como estímulo para la imaginación y el sentido del humor, y como potencia de las posibilidades de la ironía. No hay mucho más.

Enrique Symns


En busca del asesino
El futuro era un desierto desolado en donde sólo podían vislumbrarse los gigantescos volúmenes de las obras completas de la nada.

Las mujeres que me gustaban habían estado viéndome como si yo fuese una carretilla abandonada.

(…) y yo no lo sabía mientras me fumaba un porro antes de dormirme, en esa noche espléndida de verano de ese día inolvidable que todos nos merecemos transcurrir alguna vez en la vida.

Cogimos como si nos odiáramos.


(...) todos huyen de la maldita madriguera y convierten por una noche al mundo justamente en eso, un mundo. Porque los hogares son el hospital del mundo en donde el dolor de la existencia intenta ser vanamente mitigado por los siniestros cariños que allí se gestan.

-

(...) la vida juega sus dramáticas partidas en las calles del zoológico y no en sus jaulas.
,
C. y P. 22

No escucho ninguna canción que no venga de tus labios. No me baño en ninguna pileta de natación que no esté llena de tu saliva. No leo ninguna noticia que no hable sobre ti. Si se mueren tres millones, recorro angustiado la lista y al no encontrar tu nombre grito: “¡Vamos, todavía!"

Borges. No eres los otros


No te habrá de salvar lo que dejaron

escrito aquellos que tu miedo implora;

no eres los otros y te ves ahora

centro del laberinto que tramaron


tus pasos. No te salva la agonía

de Jesús o de Sócrates ni el fuerte

Siddharta de oro que aceptó la muerte

en un jardín, al declinar el día.


Polvo también es la palabra escrita

por tu mano o el verbo pronunciado

por tu boca. No hay lástima en el Hado


y la noche de Dios es infinita.

Tu materia es el tiempo, el incesante

tiempo. Eres cada solitario instante.

martes, 14 de julio de 2009

Futboleras


"Este referí es como Graciela Alfano: te hace calentar siempre"
(Ernesto Secchi, 9 de marzo 2007)
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"Del primer palo no te tenés que agarrar, porque te enamorás"
(Mariano Closs, 15 de febrero de 2004).
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"¡Si entraba era gol! "(Macaya)
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Para saber si un técnico es bueno hay que hablar con los suplentes
(Román Iucht, 11/04/07)
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El whisky te desnuda. (Bambino Veira)

J. G. Ballard


Deja que te veamos con tu verdadero disfraz
(Clama, esperanza; clama, furia)

El panorama es horrible, aunque sospecho que pueden salvarnos nuestra propia obstinación y perversidad, dos cualidades que la ciencia pocas veces advierte.
(Cuenta regresiva)

Brando, en Nido de ratas


"Tengo toda la vida para beber"

"Kilgore Trout"


"Venus en la concha"




La sabiduría consiste en saber cuándo evitar la perfección

Las mujeres no buscan la verdad porque creen que ya la conocen

Él quería decir con esto que ella tenía valor y compasión. Esto se suponía que distinguía a las verdaderas personas de las falsas. Lo cierto, y lo sabía, era que no había personas falsas; todo el mundo era real en el sentido de que todos tenían valor y compasión moderados por el egoísmo y el rencor. La diferencia entre las personas eran las proporciones de esos componentes.

A menudo pensaba en ella, y cuánto más tiempo pasaba más bellos eran los recuerdos.

Siempre habrá alguien que encuentre un modo de sacar provecho de algo, sea lo que sea.

Clasificado




Clarín, Clasificados. 1 de octubre de 2004

→ click en imagen para agrandar

Bogart


El problema de este mundo es que la mayor parte de la gente anda por la vida con tres o cuatro copas de menos.

George Raft/ George Best



Una parte de los 10 millones de dólares que gané en el cine la gasté en el juego, otra parte en la bebida y otra en mujeres. Todo el resto lo malgasté.

(según Ámbito, según Clarín George Best) →


↑George Best seguro: "En 1969 dejé las mujeres y la bebida, pero fueron los peores veinte minutos de mi vida"


Nick Nolte


Cuando te ponen 5 o 10 millones sobre la mesa es difícil resistirse. El primer año que triunfé me compré todos los juguetes. El segundo todo el alcohol y las drogas que pude aguantar. El tercero, todas las mujeres. Ahora estoy en bancarrota emocional.

(Debate, 15 diciembre 2005)

Colón


Ámbito Financiero

Chiste de quincho

16 de octubre 2008


Vamos a cerrar con un chiste histórico-machista, que intenta demostrar que Cristóbal Colón sólo pudo descubrir América porque era soltero. Así, si el marino genovés hubiera tenido esposa, ésta le habría preguntado:

- ¿Y por qué tenés que ir vos?

- ¡Nunca vas a ver a tu mamá y vas a ir a ver a las Indias!

- ¡Todo lo ves redondo! ¿ Estás loco o sos idiota?

- ¡No conocés ni a mi familia y vas a descubrir el nuevo mundo!

- ¿Qué escondés? ¡Ni siquiera sabés adónde vas!

- ¿Y sólo van a viajar hombres? ¿Quién te lo va a creer?

- ¿Y por qué no puedo ir yo si vos sos el jefe?

- ¡Ya no sabés qué inventar para estar fuera de casa!

- ¡Si cruzás esa puerta, yo me voy con mi mamá! ¡ Sinvergüenza!

- ¿Y quién es esa tal María? ¿Qué Pinta? ¡Y la muy hija de puta se hace la Santa!

- ¿Y decís que es una Niña?... ¡Paidófilo!

- ¡Tenías todo planeado! Seguro que vas a encontrarte con unas indias putas. A mí no me engañás...

- ¿Que la Reina va a vender sus joyas para que viajes? ¿Me tomás por boluda? ¿Qué fato tenés con esa vieja?

- No va a pasar nada si el mundo sigue plano. Así que no te vistas que ¡no vas! ¿¡Me escuchaste!?

lunes, 13 de julio de 2009

Hemingway. El cuento más corto


Se venden zapatos de bebé. Sin usar.

Los quietos, Fernando Peña



(publicado en Crítica, 26 de mayo de 2009)



“¡¡¡No te levantes porque te juro que te hago un escándalo que no te olvidás nunca más!!!”, le dijo una mina a un pobre chabón ayer en una confitería. Yo estaba sentado en una mesa a unos metros y pude escuchar claramente la amenaza. Era triste, patético y vergonzoso, también daba miedo ver la cara de la mujer: estaba sacada, fuera de sí, era una hiena. En un momento, mientras seguía hablándole a su víctima, en voz baja pero firme, me miró bruscamente como amenazándome a mí también. Tuve miedo de que se diera cuenta de que yo había escuchado su amenaza y, entonces, caería yo también en la volteada. Ella seguía amenazándolo e insultándolo, lo rebajaba, lo intimidaba… lo tenía secuestrado. Secuestrado en la mesa. No se podía mover; si se movía, ella iba a hacerle el escándalo que le prometía y le tenía jurado. Él estaba pálido, con cara de yo no fui, estaba aterrado. Tenía los ojos abiertos como dos huevos duros, la boca abierta y estaba pasmado, en shock. Yo también estaba en shock, o al menos impresionado, todo era muy desagradable, muy agresivo, muy chocante. Ella seguía ordenándole en voz baja, se mordía los dientes y tenía los ojos desorbitados, se acomodaba el pelo obsesivamente a cada rato, fumaba compulsivamente y sorbía el café de a poco y sin parar. Pidió otro café. Él ya había terminado el suyo y ya no tomaba nada, como cumpliendo una penitencia; tenía la tacita vacía frente a él y no le quedaba ni la soda que te traen gratis en el vasito. Él estaba vació, paralizado, acorralado, preso. Ella seguía y seguía y seguía: “¡Porque yo de esto me estoy dando cuenta desde hace rato, yo sabía que me escondías algo, sorete de mierda, asqueroso, cobarde, mentiroso, hijo de puta; de ésta no te salvás, mierrrda, ladilla humana, poco hombre, porque eso es lo que sos, poco hombre, maricón de porquería!”.

Era realmente muy incómodo y, además, daba miedo estar ahí y ser testigo de esa escena tan cruel, tan humillante. Ni siquiera mi curiosidad pudo más: me levanté ahogado, pagué en la caja y me fui.

Mientras caminaba por Santa Fe, me aliviaba y me renovaba. Me sentía como cuando era chico y salía del cine de ver una de terror y necesitaba caminar al aire libre, tomar algo y despejarme para olvidar las imágenes, la sensación fea de la película, el gustito amargo en la garganta. Caminaba y pensaba. Estaba impresionado por lo que acababa de presenciar: una mujer sometiendo a un hombre, imprimiéndole terror, amenazándolo con ventilar algo y hacer un escándalo, y el hombre secuestrado en la mesa.

Pensaba en la cantidad de gente que vive este tipo de episodios, gente que vive en terror, en pánico, amenazada, postrada, sometida, reducida. Existen monstruos maquiavélicos que ejercen poder sobre ciertas personas. Las relaciones se establecen así la mayoría de las veces. Inconsciente o conscientemente hay algunos que no pueden relacionarse si no tienen el poder; hay personas que no toleran la igualdad, el dar y recibir, la armonía; sólo soportan y conocen el sometimiento y el dominio hacia el otro, que también lo permite.

Estas historias son más comunes de lo que se piensa. Si comenzamos a observar, en el día a día, vamos a ver muchas situaciones de poder y sometimiento a cada rato. Hay relaciones que ya están pautadas así, funcionan de esa forma.

Solamente con una mirada hay madres que frenan y postergan a sus hijos, hay maridos que con sólo respirar reprimen a sus mujeres, hay dueños que con un gesto dominan a sus perros y compañeritos de escuela que obtienen lo que quieren de los otros a través de amenazas, pactos de silencio, machetes o favores. Entre amigas mujeres es tremenda la competencia por el dominio en el grupo, se traicionan, se trafican secretos e información, se compite por la ropa, por el cuerpo, por el estatus social, por el dinero o por los puestos de los maridos. Existe entre hombres también una competencia feroz. Hablan las corbatas de una manera tajante, las zapatos, las tarjetas de crédito, los celulares, los autos y la mina que los acompaña. El hombre que invita a sus amigos, lejos de ser generoso, por lo general, es autoritario y al pagar tácitamente está dejando en claro que el que paga manda y que sus caprichos deben ser cumplidos.

Todo esto lo puedo comprender. Lo que no termino de entender es cómo es que el otro lo permite. La pregunta es: ¿Cómo convive el sometido con su estado? No estoy de acuerdo con teorías flojas y endebles que tratan de justificar a la víctima con argumentos tibios que aluden a su inseguridad, a su personalidad débil, a su bajo perfil o a su carácter introvertido. No creo que esté relacionado con la autoestima ni con la falta de orgullo u amor propio. No, pienso que se trata de una falta de respeto hacia uno mismo, una falta de conciencia y percepción, una falta de responsabilidad también. Permitir que un par ponga el cuerpo y su voluntad sobre nosotros, festejar en silencio que nos domine, nos someta y nos maneje a su antojo es imperdonable. Puede ser el principio de una cadena espantosa y trágica de sucesos que nos arruinen la vida, sin darnos cuenta nunca que todo comenzó con aquello que permitimos y hemos permitido hace tanto tiempo atrás. La persona que tolera el maltrato y el dominio es casi suicida, no le importa su vida. Su existencia no es símbolo y sinónimo de un acto digno y meritorio. Acaso le importe una pizca su vida como hecho biológico contrario a la muerte quieta y tiesa. Lo mantiene con vida el hecho de estar respirando, ya que respirar le subraya su lejanía y distancia con la muerte atroz, subterránea y eterna, que es a lo único que le teme. No le teme a la postergación de su ser, a la humillación, a no ser y a no tener el valor, el coraje y el orgullo de rebelarse y pelear, dar batalla, morder, torcer, empujar y sacudir al otro hasta ganar su identidad, su entidad, su territorio y, finalmente, su ser íntegro. No.

Cuando gana el silencio, el pudor, la conveniencia y la comodidad de la aparente tranquilidad es cuando comienza la traición a uno mismo y la poca admiración a nuestro tránsito por aquí, por lo conocido. Esto es lo conocido, tal vez no haya un más allá que nos dé la oportunidad para dar venganza; venganza a ellos que nos pisaron y a nosotros que lo permitimos, lo sostuvimos y lo celebramos.

Desde una mujer violada hasta un alfeñique peleando con un gladiador, pasando por uno solo contra las masas o un empleado contra su jefe, uno puede dar batalla y ganar o, por lo menos, morir heroicamente y no antes quedar torcido, moldeado, dominado, abusado.

Lo vemos cuando la gacela se retuerce con alma y vida hasta el final en las mandíbulas del león. La gacela no es víctima.

Las víctimas quedan quietas y siempre cometen un último acto de cobardía que es llamar monstruo al otro.

sábado, 11 de julio de 2009

Sueños, del Corto y de Rasputín


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¿Existe el tesoro? (Corto, Casa dorada...)

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Tres razones... (Corto)


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Indio




Te obligan siempre a volar así
en bingo-fuel y ametrallado,

Sancho

El sueño es alivio de las miserias de los que las tienen despiertos.






(En el lecho de muerte del Quijote)
Cuanto más que vuesa merced habrá visto en sus libros de caballerías ser cosa ordinaria derribarse unos caballeros a otros, y el que es vencido hoy, ser vencedor mañana.



P. K. Dick


La transmigración de Timothy Archer

(...) no soy una persona sino una voz que me reprocha.

La idea fija de la locura es fascinante, si se inclina uno a ver con interés algo que es palpablemente imposible y sin embargo existe. Sobre-valencia es la noción de las posibilidades de la mente humana -posibilidades de que algo marche mal- y que, si no existiera, no podría ser supuesta. Con esto quiero decir sencillamente que es preciso ver una idea sobre-valente en plena acción para apreciarla. La expresión antigua es ideé-fixe. Idea sobre-valente es una expresión mejor, deriva de la mecánica, la química y la biología; es un término gráfico e involucra la noción de poder. Lo escencial de la valencia es el poder, y a esto me refiero; hablo de una idea que, apenas llega a la mente humana, quiero decir a la mente de un ser humano determinado, no sólo persiste indefinidamente, sino que además consume todo el conjunto de la mente, de manera que, al final, desaparecen la persona y la mente como tales, y sólo produce la idea sobre-valente.
¿Cómo comienza una cosa así? ¿Cuándo comienza? Jung habla en alguna parte -olvido en cuál de sus libros- de una persona, una persona normal en cuya mente aflora un día cierta idea que no se marcha nunca. Además, dice Jung, después de que esa idea entra en la mente de esa persona, nada nuevo ocurre jamás en esa mente; para ella el tiempo se detiene; la mente muere. La mente, como una entidad viva y creciente, muere, y sin embargo, la persona subsiste.
A veces, supongo, una idea sobre-valente penetra en la mente como un problema, o un problema imaginario. Esto no es tan raro.


Lotería solar


Su agencia preferida tenía una oficina cerca; llamó y en menos de una hora todos sus problemas psicológicos habían desaparecido. Entre la rubia esbelta que la agencia había enviado y el bar de la esquina, pudo resistir veinticuatro horas más. Pero ya no le quedaba tiempo.
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Valis
"Sólo dime por qué, por qué mierda, por qué." A lo cual el universo le podría haber respondido vanamente: "Nadie conoce mis caminos, oh, hombre." Lo cual equivale a : "Mis caminos no tienen sentido, como tampoco los caminos de los que en mí habitan."
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(...) un estudiante me pidió una definición breve y sencilla de la realidad. Lo pensé y le respondí: - Realidad es lo que no desaparece cuando has dejado de creer en ella.
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Cree que así se vuelve una buena persona. Nada nunca lo convertirá a usted en una buena persona. No tiene el menor valor para nadie.

El que soy ahora, en comparación con el del sueño, es un hombre frustrado y derrotado, aunque supone que lleva una vida plena. En los sueños veo realmente en qué consiste una vida plena y en nada se parece a la que yo llevo realmente.

Cuando el dolor te vuelve casi loco, uno se ríe de lo que puede.
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“El más alto poder de la piedad” es sólo palabrería. La piedad no tiene ningún poder.

(…) es uno de esos complicados artefactos de la cultura con el que se obtiene la sensación subjetiva de que se ha aprendido algo de él, algo valioso y aún inapreciable; pero cuando se lo examina más de cerca, uno de pronto comienza a rascarse la cabeza y dice: “Un momentito. Esto no tiene sentido.”
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Una mirada a la oscuridad

Teoría: una de las formas más efectivas de sabotaje industrial o militar se limita a causar daños que no puedan ser completa o absolutamente atribuidos a una acción deliberada (...) si ocurre un accidente, o una serie de accidentes, si se trata de fallos de funcionamiento, de errores, en especial si son poco importantes, ocurridos en un período natural de tiempo, de pequeñas faltas... entonces la víctima, sea un individuo, un partido o un país, no puede organizar jamás su defensa.

(...) palabras extranjeras que usted no conoce, aprendidas por percepción periférica en algún momento de su vida.

Moraleja: apártate de los tipos que se parezcan a ti.

El inconsiente actúa de modo selectivo una vez que sabe qué sonidos son los que deben preocuparlo.

Usted muestra lo que nosotros consideramos más como un fenómeno de competencia que de deterioro. Siéntese.



La guerra contra los fnuls

—Señorita Smith —se lamentó el mayor Hauk—, los fnuls están intentando dominar el Sistema Solar y me alcanza su expediente una mujer con un busto de ciento veinte centímetros. ¿No es un poquito esquizofrénico? Para mí, al menos.


Lo que dicen los muertos

Si hay algo que no soporto es recibir consejos de una mujer -se dijo a sí mismo- y para mi propio bien.


Nuestros amigos de Frolik 8

Porque esto le dio a ella lo que más le gusta a una esposa: una situación en la que el marido ha de elegir entre dos males, entre dos situaciones, ninguna de las cuales le resulta grata. A las esposas les encanta esto.


Orson Scott Card



Traición

Es bueno tener algún deseo no satisfecho. Da intensidad a la vida.

Esperanza del venado
Estaba frustrado, impedido, pero esos sentimientos lo dejaban lánguido y paralizado, con que cuando más necesitaba actuar más propensión sentía a no hacer nada.


Las mujeres son capaces de venganzas incomprensibles para los hombres.


No respondió. Se miró las manos y asintió. Esto debe ser la derrota, pensó, pero supo que no era cierto. Sólo era el comienzo de la derrota.
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La memoria de la tierra

(…) algunos oyen una mentira cuando les dicen la verdad.

¿Cómo lograba un hombre convertirse en un hombre, salvo actuando hasta que la actuación se volvía hábito y al fin se convertía en temperamento? Además, no era sólo simulación.
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Como todos los seres humanos, supones que detrás de la máscara de su rostro los demás son esencialmente como tú. Pero no siempre es así.

Crees que me disculpo porque soy débil, (…). Te equivocas. Me disculpo porque trato de aprender a ser fuerte.

Ahora uso ropa de hombre. Y no de cualquier hombre. El hombre más ruin y monstruoso que conozco. Sus ropas me quedan bien.

(…) porque eres tan estúpido que tenías que jactarte.

viernes, 3 de julio de 2009

Roy Batty, en Blade Runner


...he visto cosas que vosotros no creeríais... naves de ataque ardiendo más allá de Orión... he visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser...

Fausto, Goethe


De todos los espíritus que niegan el burlón es el que menos me molesta.