miércoles, 8 de agosto de 2018

Nothomb, Amélie. Riquete el del Copete

(...) nada mejor que ser mediocre para pensar bien de uno mismo.

-Si me sientes, no es tan malo.
- Te siento, y eso significa que siento cuando no estás.
-Cuando sabes que será colmada, la ausencia es buena.
-Nunca lo es.
-No te quejes tanto. No eres tan desgraciado.
Entendió que no debía insistir.

     Resolvieron la cuadratura del círculo: al éxtasis hipnótico de los comienzos amorosos se le añadía la tranquila certeza de la eternidad. Este amor se ahorró cualquier juramento, candado verbal de la gente de poca fe.

     En realidad, lejos de sentirse cómplices, Déodat y Trémierère comulgaban gracias a la inquietante extrañeza que tan a menudo experimentaban hacia el otro. Cuantas veces, al encontrarse, pensaban, cada uno por separado, "Es él", o "Es ella", con un asombro próximo al terror: "¿Quién es ese personaje tan singular que a partir de ahora ocupa el centro del mundo?"


miércoles, 1 de agosto de 2018

Ilusiones, por William Sansom

     Ya sabía que la vida era en gran medida ilusiones, que aunque ocurrieran cosas maravillosas, muchos desengaños vendrían a compensarlas; también sabía que la vida podía ofrecer algo peor aún: la posibilidad de que no ocurriera absolutamente nada. Y esto último siempre era mucho más probable en una gran ciudad concentrada en sus propios asuntos.
(Una mujer poco frecuente)