martes, 21 de diciembre de 2010

Nothomb, Amélie


Cosmética del enemigo
-Enseguida se nota cuando alguien está leyendo. El que lee, el que lee de verdad, está en otra parte. Y usted, caballero, estaba aquí.


Diario de golondrina
Luego, en un destello, los recuerdos se reintegran al cuerpo y nos devuelven lo que nos hace las veces de alma. Nos sentimos tranquilizados y decepcionados: así que somos eso, sólo eso.


(...) la escritura es el lugar en el que me enamoré de ella.

martes, 14 de diciembre de 2010

Flotar por ahí


Publicado en La Nación, 1 de diciembre 2010

La vida es dura...



Del Indio Solari, publicado en C&P nº 25, abril 1990, p. 55



"La vida es decidir y pretender"

Taibo II, Paco Ignacio





El retorno de los Tigres de la Malasia

(...) que sería inolvidable, y que nunca se curarían las peores nostalgias, las de las lejanías de los amigos. Algo habría de eso.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Terenci Moix



El sexo de los ángeles


Tú te pierdes por los caminos de la memoria, donde todo es posible.


Había hablado en un tono muy bajo, y aun yo bajé el mío para decirle:
-Es un sueño. Todos bebemos demasiado.

Ella demostraba, así, la perseverancia de un boy scout leninista (…)


- No digo que te falte razón. Toda esta gente que nos gusta, los que nos sustentan, también se encontrarían saturados de experiencias anteriores. Pero no te extrañe que nos seduzcan tanto los amigos de lo imposible.


En resumen: lo consideré un personaje completamente vulgar, a quien no quedaba otro remedio que adorar a alguien, porque nunca encontraría a nadie que le adorase a él.


A medida que se alejaba, sentí que mi soledad se iba acentuando. Cuando desapareció en la distancia, la soledad fue inconmensurable. Y, sin embargo, no había alcanzado su máximo grado de saturación. Lo alcanzaría a partir de entonces, progresiva y calculadamente, (...)


-Tu ética debe de ser muy peculiar, ya que actúas según la intolerancia que censuras en los demás. Te estás convirtiendo en un inquisidor.

Siempre he creído que, con aquellos intentos de proteccionismo salvaje, el pobre abandonado pretendía recuperar su amor a largo plazo.

Una vez perdida, la lucidez tarda mucho en regresar, y en algunos casos no lo hace nunca.

Contrariamente al éxito, el fracaso tiene la ventaja de no despertar envidia, que suele ser un sentimiento muy incómodo. El fracaso de los demás nos lleva a la piedad y así nos sentimos más presentables a nuestros propios ojos.

Bolaño, Roberto. La Universidad desconocida



Lola Paniagua


Contra ti he intentado irme alejarme

la clausura requería velocidad

pero finalmente eras tú la que abría la puerta.


Estabas en cualquier cosa que pudiera

caminar llorar caerse al pozo

y desde la claridad me preguntabas por mi salud.


Estoy mal Lola casi no sueño




Bebiendo un resplandor llamado whisky (Fritz Leiber relee alguno de sus cuentos)



Dinero no te conceden los dioses
mas sí caprichos extraños (Ahora paseas solitario por los muelles)

jueves, 11 de noviembre de 2010

Y más Inodoro






















De Santis, Pablo




El enigma de París



Cuando uno toca aquello con lo que ha soñado, lo que le sorprende no son los detalles sino el hecho de que se trate de algo real, compacto, cerrado sobre sí mismo, sin esa urgencia por cambiar de forma que tienen las personas y las cosas en los sueños; es un deleite y una decepción a la vez, porque significa que la fantasía tenía una base real, pero también que la fantasía ha terminado.


Había en ese encono algo puro y verdadero que no se parecía en nada al resto de su vida. Aquel odio era él.


Sé, por experiencia propia, que nadie es aquello que quiso ser: todos aspirábamos a otra cosa distinta, un ideal que no quisimos manchar acercándolo a la vida real.



--La experiencia es engañosa: nos enseña que alguna vez ya hicimos esto que estamos haciendo ahora. Nada más falso. Todo ocurre por primera vez.


(...) adoptó el tono grave y ambiguo de quienes han aprendido que nada se parece tanto a la sabiduría como la imprecisión.


--Entonces fue un sueño --dijo--. Eso no es tan malo, después de todo. Un sueño puede volver a soñarse.


--Pero los niños dejan de ser niños. Y aquello con lo que soñaban se transforma, se borra, se corrompe.
--Yo sigo soñando con las mismas cosas --respondí, sin saber si mentía o decía la verdad.

Wimpi






Ventana a la calle

Siempre parecen pavadas, para el que no entiende, las cosas capaces de ir formando una dicha.


Y él se le arrimó, se le arrimó inseguro, con ese paso cobarde de loro en el patio.


El tipo habla mal, por ejemplo, de las mujeres y de los médicos para vengarse de quienes le tienen la vida en un puño. Pero ninguno de los chistes sangrientos que el tipo inventó sobre los médicos y contra las mujeres le sirvió, todavía, para prescindir del sanatorio o del matrimonio.


El cómico, al reír se burla.
El satírico, al reír se venga.
El humorista, al sonreír, compadece.
Es el único que mantiene intacta, adentro, la gracia de una ternura.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Batman bibliotecario





Revista Batman. Año VIII, nº 226
Milligan, P. y Aparo, J.
Grupo Editorial Vid: México, octubre 1996.

Algo más de Inodoro...














































































Kesey, Ken











Alguien voló sobre el nido del cuco






Quiero mirar uno de esos libros, pero me da miedo hacerlo. Me asusta hacer cualquier cosa. Siento como si flotase a media altura en el polvoriento aire amarillo de la biblioteca. Las filas de libros se balancean sobre mi cabeza, enloquecidas, zigzagueantes, forman infinidad de ángulos entre sí. Un estante se ladea un poco hacia la izquierda, el otro hacia la derecha. Uno se inclina sobre mi cabeza y no comprendo cómo no se caen los libros. Y en esta posición se extiende muy, muy arriba, hasta perderse de vista; por todas partes me rodean desvencijadas filas de libros apuntaladas con listones y tarugos para que no se caigan, sostenidas por largas varas, apoyadas contra escaleras. Si cogiese un libro, sabe Dios qué terrible desastre podría desencadenar.


--No tienes por qué intentar excusar mis defectos, amigo. No va con tu carácter ni tampoco mejora el mío.


Dijo que un hombre que lleva tanto tiempo callado tendría probablemente bastantes cosas que decir y se recostó en la almohada y esperó. Estuve un minuto pensando qué podría decirle, pero lo único que se me ocurrió fueron cosas de esas que un hombre no puede decirle a otro, porque no suena bien cuando se pone en palabras.

Luego --mientras seguía parloteando--, las luces traseras de un coche que pasaba iluminaron su rostro y en el parabrisas se reflejó una expresión que sólo había podido ver la luz porque él suponía que ninguno de los que íbamos en el coche la vería en la oscuridad, una expresión terriblemente fatigada y tensa y enloquecida, como si apenas le quedara tiempo para algo que tenía que hacer...

viernes, 15 de octubre de 2010

Aguirre por Abel Posse



Daimón
Posse, Abel

Su vida le parecía ahora lejanísima. Algo así como un error de otros.


Biografía de Lope de Aguirre

Lope de Aguirre (1513?-1561). Denominose el Tirano, el Traidor, el Peregrino. Antiimperialista, declaró guerra desde la selva amazónica, rodeado de monos, a Felipe II, fundando de hecho "el primer territorio libre de América". Demonista. Erotómano tímido pero tenaz. Rebelde. Su crueldad es proverbial. Amoral como un tigre, como una paloma. Aparentemente sólo creyó en la voluntad de poder, en la fiesta de la guerra, en el fervor del delirio (despreciando letalmente a quienes no lo compartían o eran tibios).
Eliminó a sus jefes y a casi toda la gente de la Jornada, unos setenta en total, incluyendo mujeres y frailes. Mató de dos generosas puñaladas a su hija quinceañera para aliviarla de la vida (coincidía con su traicionado Felipe II en que esto es un valle de lágrimas).
Nada mediocre en proyectos a pesar de la pobre circunstancia: consolidar el Imperio Marañón, adueñarse del Perú reforzándose con un ejército de 1.000 negros, avasallar España y dominar el mundo.


(...) La alegría de saltar libres y subirse a la copa de los árboles y sonambulear por los tejados... ¿pero eso cuanto dura?: nada, tal vez sólo dos intensos segundos, largos como el tiempo del sueño y después ¿qué?: nada, la nada..."
Ahora parecía recordar: "¡Y la rabia por lo que no se tuvo, por lo que no se hizo, por los amores, por las venganzas, por todo lo que hubo bueno o malo! ¡El oro, las mujeres, El Dorado! ¡Yo digo que nada está descubierto! ¡Que nada está concluido!"


Velaba Aguirre durante las noches. Nada lo confortaba más que desconfiar, que estar al acecho de la subversión que siempre está en ciernes (la Historia no lo desmentía).



"Entonces lo damos por visto", dijo Aguirre a quien siempre le habían parecido más novedosas las innovaciones de lo siempre mismo, las a veces poco perceptibles variaciones de lo conocido, las escandalosas sorpresas que ofrece lo que se da como obvio.


Era un pingajo, un relicto, un olvido.

(...) chamuyaban sin descanso como si organizasen --o fuesen excluidos-- de alguna conspiración.


Carecían de armonía y de paz. Daban la impresión de haber sido paridos para correr como lobos hambrientos. Sus alegrías eran mínimas en comparación con sus jornadas de sacrificio y esfuerzo. Cuando por fin se los veía quietos era porque hablaban del futuro, haciendo febriles planes que les hacían sentir el presente como mera pérdida de tiempo. Había que comprender que eran víctimas de un dios juguetón que se entretenía en castigarlos concediéndoles lo que ambicionaban.


Antes, cuando orinaba, solía pensar en cosas de Estado; ahora, con las décadas más bien se ponía sentimental.


¡Es como si se hubieran transformado en un hato de maridos...!

Dolina y la rutina, y sobre el efecto mariposa






Cuando me rompen la rutina tiemblo, porque paso de algo bastante malo a algo pésimo.
(12/13-10-10)

Mejor que pensar en el efecto mariposa es pensar que las cosas encuentran un camino para suceder. (14/03/18)

viernes, 8 de octubre de 2010

Fontanarrosa


Y dale con Vonnegut





Hocus Pocus

Dicho sea de paso, Damon Stern, a quien le gustaba sacar a la luz hechos históricos poco conocidos, me contó que la Batalla de El Álamo tuvo como causa la cuestión de la esclavitud. Los valientes que ahí murieron anhelaban separarse de México, porque en este último país la esclavitud era ilegal. Los secesionistas peleaban por el derecho de poseer escalvos.


¡Estaba tan lleno de autocompasión! Eso fue lo que encontré insoportable cuando Jason Wilder reprodujo mis palabras. ¡Estaba tan borracho que actué como una víctima!


Cuando me referí a los yenes y la felación, sólo trataba de parecer cortés con un desconocido.