miércoles, 6 de noviembre de 2019

Barbery, Muriel. La elegancia del erizo.

Los ricos piensan que la gente modesta, quizá porque su vida está enrarecida, privada del oxígeno del dinero y el don de gentes, siente las emociones humanas con una intensidad menor y una mayor indiferencia.

(...) todas estas cosas que pasan, que fallamos por poco y malogramos ya para siempre, eternamente... Todas estas palabras que deberíamos haber dicho, estos gestos que deberíamos haber hecho, estos kairos fulgurantes que surgieron un día, que no supimos aprovechar y que se sumieron para siempre en la nada... el fracaso por un margen tan pequeño...

Antoine Pallières me ha mirado con la expresión de alguien que se pregunta si de verdad ha visto lo que ha visto. Pero como está entrenado para considerar que solo ocurre lo que tiene que ocurrir, de la misma manera que los ricos se convencen de que su vida sigue un surco celestial que el poder del dinero cava naturalmente para ellos, ha tomado la decisión de creerme.

Pues, por usted, a partir de ahora buscaré los siempre en los jamases.
La belleza en este mundo.

Formo parte del 8% de la población mundial que aplaca su aprensión ahogándome en las cifras.