viernes, 15 de octubre de 2010

Aguirre por Abel Posse



Daimón
Posse, Abel

Su vida le parecía ahora lejanísima. Algo así como un error de otros.


Biografía de Lope de Aguirre

Lope de Aguirre (1513?-1561). Denominose el Tirano, el Traidor, el Peregrino. Antiimperialista, declaró guerra desde la selva amazónica, rodeado de monos, a Felipe II, fundando de hecho "el primer territorio libre de América". Demonista. Erotómano tímido pero tenaz. Rebelde. Su crueldad es proverbial. Amoral como un tigre, como una paloma. Aparentemente sólo creyó en la voluntad de poder, en la fiesta de la guerra, en el fervor del delirio (despreciando letalmente a quienes no lo compartían o eran tibios).
Eliminó a sus jefes y a casi toda la gente de la Jornada, unos setenta en total, incluyendo mujeres y frailes. Mató de dos generosas puñaladas a su hija quinceañera para aliviarla de la vida (coincidía con su traicionado Felipe II en que esto es un valle de lágrimas).
Nada mediocre en proyectos a pesar de la pobre circunstancia: consolidar el Imperio Marañón, adueñarse del Perú reforzándose con un ejército de 1.000 negros, avasallar España y dominar el mundo.


(...) La alegría de saltar libres y subirse a la copa de los árboles y sonambulear por los tejados... ¿pero eso cuanto dura?: nada, tal vez sólo dos intensos segundos, largos como el tiempo del sueño y después ¿qué?: nada, la nada..."
Ahora parecía recordar: "¡Y la rabia por lo que no se tuvo, por lo que no se hizo, por los amores, por las venganzas, por todo lo que hubo bueno o malo! ¡El oro, las mujeres, El Dorado! ¡Yo digo que nada está descubierto! ¡Que nada está concluido!"


Velaba Aguirre durante las noches. Nada lo confortaba más que desconfiar, que estar al acecho de la subversión que siempre está en ciernes (la Historia no lo desmentía).



"Entonces lo damos por visto", dijo Aguirre a quien siempre le habían parecido más novedosas las innovaciones de lo siempre mismo, las a veces poco perceptibles variaciones de lo conocido, las escandalosas sorpresas que ofrece lo que se da como obvio.


Era un pingajo, un relicto, un olvido.

(...) chamuyaban sin descanso como si organizasen --o fuesen excluidos-- de alguna conspiración.


Carecían de armonía y de paz. Daban la impresión de haber sido paridos para correr como lobos hambrientos. Sus alegrías eran mínimas en comparación con sus jornadas de sacrificio y esfuerzo. Cuando por fin se los veía quietos era porque hablaban del futuro, haciendo febriles planes que les hacían sentir el presente como mera pérdida de tiempo. Había que comprender que eran víctimas de un dios juguetón que se entretenía en castigarlos concediéndoles lo que ambicionaban.


Antes, cuando orinaba, solía pensar en cosas de Estado; ahora, con las décadas más bien se ponía sentimental.


¡Es como si se hubieran transformado en un hato de maridos...!

Dolina y la rutina, y sobre el efecto mariposa






Cuando me rompen la rutina tiemblo, porque paso de algo bastante malo a algo pésimo.
(12/13-10-10)

Mejor que pensar en el efecto mariposa es pensar que las cosas encuentran un camino para suceder. (14/03/18)

viernes, 8 de octubre de 2010

Fontanarrosa


Y dale con Vonnegut





Hocus Pocus

Dicho sea de paso, Damon Stern, a quien le gustaba sacar a la luz hechos históricos poco conocidos, me contó que la Batalla de El Álamo tuvo como causa la cuestión de la esclavitud. Los valientes que ahí murieron anhelaban separarse de México, porque en este último país la esclavitud era ilegal. Los secesionistas peleaban por el derecho de poseer escalvos.


¡Estaba tan lleno de autocompasión! Eso fue lo que encontré insoportable cuando Jason Wilder reprodujo mis palabras. ¡Estaba tan borracho que actué como una víctima!


Cuando me referí a los yenes y la felación, sólo trataba de parecer cortés con un desconocido.

sábado, 2 de octubre de 2010

Dolce far niente

chinos ocurrentes

Greene, Graham.

Un caso acabado

Usted advertirá mejor que nadie en qué medida he fracasado en mi intento.


-Rycker pide información. Él nunca la da. Y estaba ansioso de comentar sus problemas espirituales.
-Nunca hubiera adivinado que los tuviera.
-Cuando un hombre no tiene nada de que enorgullecerse -dijo el superior-, está orgulloso de sus problemas espirituales. Después de dos whiskies empezó a hablarme de la gracia.
-¿Qué hizo usted?
- Le presté un libro. No lo leerá, está claro. Conoce todas las respuestas.(...)



Y, sin embargo, si caváramos más hondo, ¿quién sabe? También lo terrible podría resultar muy poco profundo. En definitiva es más seguro expresar juicios superficiales. Siempre es posible desestimarlos. Incluso la víctima los desestima.


Al médico se le ocurrió pensar que quizá Querry fuese un hombre sometido a obediencia, pero no a ninguna autoridad civil o divina, sino únicamente al viento que soplase.


Los cercos que tenía debajo de los ojos eran como bolsas que contuviesen los recuerdos, pasados de contrabando, de una vida decepcionante.


(...) Rycker había bebido hasta el margen de lo peligroso; había pasado de la amabilidad excesiva a la insatisfacción, el tipo de insatisfacción cósmica que, después de sondear defectos en caracteres ajenos, emprendía el examen de los propios.


-La mala noche ha debido de parecerle larga.
-He conocido peores a solas. -Parecía estar consultando en su memoria en busca de un ejemplo-. Noches en que acaban cosas. Ésas son las interminables.


Miró la carta sobre la mesa y aquella frase de inmolación que todo el mundo empleaba y que algunas personas empleaban en serio: toute à toi.


Decían que había persuadido a la población de una tribu de las inmediaciones de que le vendieran sus mantos porque les pesarían demasiado el día de la resurrección de los muertos, y de que después le reintegraran el dinero de la venta para que él lo guardase en un lugar seguro donde los ladrones no podrían entrar a robarlo. Como recompensa les había extendido certificados asegurándoles contra el peligro de que les raptaran misioneros católicos y protestantes que, dijo, con ayuda de brujería masiva, estaban exportando a Europa, en vagones de tren precintados, cadáveres que allí se transformaban en comida envasada con la etiqueta de Atún Africano: Calidad Suprema.

Permaneció quieto un momento como si estuviese en un escenario y se hubiese olvidado de su frase de salida.



Un cierto sentido de la realidad

(...) Por supuesto que todo había sido un sueño, no podía ser otra cosa que un sueño, pero también el sueño es una experiencia, las imágenes de un sueño tienen su propia integridad, (...)

--Las noticias son novedades, por más antiguas que sean –empecé a advertir la manera que tenía de hablar, con afirmaciones generales, como un conferenciante o un profeta. Parecía estar menos interesado en la conversación que en el enunciado de algunos artículos de fe, curiosos y absurdos, tal vez, y sin embargo nunca pude apuntar un error en forma convincente—(...)

Podría permanecer sentado ahora en esta habitación durante mucho tiempo, recordando las cosas que dijo, aunque todavía no he comprendido el sentido de todas ellas: están guardadas en mi memoria como una clave intacta que espera una pista o una inspiración, para poder ser interpretada.

La miré como si quisiera recordarla para siempre. Y eso exactamente fue lo que pasó.

Vonnegut. Payasadas



Prometo intentar no escribir “Hi ho” todo el tiempo.
Hi ho.


Dejó estas palabras, quizá con la esperanza de que alguien se las pusiera como epitafio:
¿Cómo hacer frente entonces
a la abrumadora fuerza
de las rudas payasadas
del hombre y de Dios?
tranquilo y sin miedo, gracias,
jugando a rehacer nuestros sueños.