jueves, 12 de diciembre de 2013

Proustianas

(...) como mínimo le hubiera gustado estar siempre presente en su pensamiento, y en todo momento trataba de encontrar una ocasión para que pensase en él (...)

Y con la grosería intermitente que reaparecía en él cuando dejaba de sentirse desgraciado, y que al mismo tiempo hacía descender el nivel de su moralidad, exclamó para sí: "¡Y pensar que he desperdiciado años enteros de mi vida, que he querido morirme, que he sentido el amor más grande por una mujer que no me gustaba, que no era mi tipo!"
 (De Un amor de Swann)


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