Era el mejor de los tiempos, y el peor de los tiempos, era la etapa de la sabiduría y del aturdimiento, de la fe, era la época de la incredulidad, era el período de la luz y de las tinieblas, la primavera de la vida y el infierno de la desesperación. Teníamos todas las perspectivas y ninguna, caminábamos derecho al cielo y al abismo; en una palabra, era tan parecido aquel período al actual (…)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario