martes, 19 de mayo de 2009

Abelardo Castillo, citas.

Las larvas

La amistad, a diferencia de otros sentimientos, se mantiene intacta con la ausencia.


Las otras puertas

La palabra es una caricatura miserable. Quién puede explicar con palabras, aunque esté contando su propia vida, todo lo que induce a un hombre a entregarse, a venderse todos los días un poco, hasta llegar a ser como vos, viejo. Cuántas pequeñas canalladas, cuántas porquerías imperceptibles forman esa otra gran porquería de la que él habló: el alma. Pobre alma de miserables tipos que ya han dejado de ser hombres y son bestias, bestias caídas, arrodilladas de humillación.
Dijiste:
-Qué vergüenza, señor.


(...) surgió, repentina y gratuita, como un lamparón de crueldad. Y fue aceptada de inmediato; en medio de ese regocijo feroz de los que necesitan embrutecer sus sentimientos a cualquier costa porque después, más adelante, está la vida que selecciona sólo a los más aptos, a los más fuertes, a los tipos como él, (...)

Y su voz no tenía expresión, o sí. Creo que era triste, llena de una tristeza profunda e inexpresiva, como la tristeza.


Mi memoria suele ocasionarme disgustos. Generalmente retengo –o invento- detalles nimios, imágenes aisladas, un gesto a veces o una palabra, y se me escapan sin remedio los hechos históricos.


(…) yo no sé por dónde andarás ahora, pero cómo me gustaría que leyeras esto. Sí. Porque hay cosas, palabras, que uno lleva mordidas adentro, y las lleva toda la vida. Pero una noche siente que debe escribirlas, decírselas a alguien porque si no las dice van a seguir ahí, doliendo, clavadas para siempre en la vergüenza. Y entonces yo siento que tengo que decírtelo. Escuchame.

Es necesario que leas esto. Porque hay cosas que uno lleva mordidas, trampeadas en la vergüenza toda la vida, hay cosas por las que uno, a solas, se escupe la cara en el espejo. Pero de golpe, un día necesita decirlas, confesárselas a alguien. Escuchame.







El evangelio según Van Hutten


(...) soy ese tipo de personas que no entienden las cosas hasta que las recuerdan.

Tal vez sea una ilusión, pero es bastante más que lo que tiene otra gente.

El hecho de que, observado unos minutos a solas, yo diera la impresión de no valer la pena, no importa para qué, era más de lo que esa noche me hubiera gustado oir.

(...) con algo que podía reemplazar más o menos bien a la ternura.

- Le dije que no. Christianne me preguntó por qué.
- No sé si a tu edad lo entenderías- dije-. Supongo que necesito tener alguna excusa.

(...) soy de ese tipo de personas que sólo comprenden el significado real de las cosas cuando las recuerdan, que es igual a decir cuando las han perdido.

Esa mujer no sólo me tenía poca estima y desconfiaba de mí, sino que me detestaba, pero de una manera tan franca y, por decirlo así, tan natural y ajena a la maldad, que la admiré.

Pero sé que exagero y les atribuyo a los azares y destiempos de mi vida una excepcionalidad que no tienen.


Vladslac espera encontrar a alguien. No lo busca: sólo espera encontrarlo. Tiene una certeza que le permite vivir.

No bebo. Hay dos clases de personas que no beben: los abstemios y cierto tipo de alcohólicos.

-Otro punto a su favor- dijo- sabe elegir el tabaco. Así que en su juventud. Cuando un hombre de su edad dice mi juventud, algo anda mal. O ha dejado de creer en sus ideas o lo han desilusionado las mujeres.



Crónica de un iniciado

Nadie busca a otro cuando recuerda, por más que lo haya amado; sólo intenta recobrar lo que era él cuando existía el otro.
Creemos llorar a un muerto y lloramos por nosotros mismos. creemos evocar a una mujer y sólo anhelamos sentir, ver, tocar, lo que sintió, vio y tocó nuestro propio cuerpo. La memoria es hermana de la muerte; hace vivir lo que fuimos a expensas de la verdadera vida, que sucede y se agota ahora. Sin embargo, para ciertos hombres no hay vida más intensa que ese perpetuo regresar; y tal vez algunos consiguen el milagro de instalar el pasado en el presente.
Todo consiste en convivir ahora con los fantasmas de otro tiempo, traerlos de allá como se podría traer un objeto de un sueño(...)


No contesté. Me ponen nervioso ciertas respuestas de las mujeres. Me hacen pensar de qué hombre las habrán aprendido.

Ya es un poco tarde casi para cualquier cosa, acota uno de mis habitantes objetivos, el peor. Me he pasado la vida enfrentado conmigo mismo como ante varios antagonistas simultáneos, emperrados, astutícimos contrincantes que me acorralan, como ahora, en los momentos más inesperados.

Tengo la sospecha de que uno se interesa más por la vida real con cierto porcentaje de alcohol (...)

Violentamente giraste la cara y lo miraste con un rencor auténtico, un gesto que era al mismo tiempo una de las formas más intensas de tu belleza.

Hay algo inhumano en las mujeres. Eso quiero decir.

(...) y eso será una dicha inmerecida, una consumación y una venganza. Como si pudiera odiar y sentir ternura al mismo tiempo.

Yo también me hago preguntas. Yo también me pregunto por qué somos así. Por qué estamos tan cansados, por qué habiendo sido tan intactos, tan puros, tan generosos, un día nos despertamos con el corazón corrompido.
A mí también me gustaría saber por qué nos pasa lo que nos pasa. Yo creo que nadie lo sabe. perdemos una ilusión y no buscamos otra. Y un día creemos descubrir que vivir no es bueno.

Por eso las cosas que le pasan a un hombre se parecen siempre a él; lo que llamamos casualidad o suerte perra son atributos de la persona, autofatalidades, son algo así como la trenza con que cada uno va tejiendo la soga con que se ahorca.


Te pidió que te quedaras con él. Peor que pedírtelo: te lo insinuó, con recato y expectación. Con pudor argentino. Siempre fue patético y simulador.

Va a llevar años, eso sí. En cuanto a la vida, la vida que te espera, no es buena (...) será preciso que, en esta misma vida, hayas conocido el dolor y la locura sino la humillación, la vergüenza, la impotencia, la tristeza de lo irreparable y el horror del fracaso.

Buscar deliberadamente en las sensaciones lo que tienen de extraño, de dudoso, de equívoco, de ambiguo, cortejar las pesadillas, sacarse los pantalones de lo real y, a falta de lo que Natura non dio, enterrarse hasta las negras verijas en los pantanos del sueño, he ahí el jardín del infierno de muchas naturalezas purísimas. No hay sueños impunes. Y mucho menos si se sueñan cuando estamos despiertos.

El hombre nació para ser feliz, no para sufrir y hacer sufrir con la excusa de la poesía y la belleza.

Las mujeres ni lo sospechan, porque en rigor no tienen recuerdos. A lo sumo tienen memoria y gracias.

Hay una raza de tipos que no vive más que en la adolescencia.

Prueba de sobriedad: recitar los meses al revés.

La edad del hombre no se cuenta por años sino por esas imágenes que acumula la memoria, como la tierra acumula y superpone napas.

Se desvanecía como un fantasma entre sus manos.




El que tiene sed

Uno de esos instantes brevísimos que duran demasiado.

(...) y alguien debe corregir los errores del destino.

(...) esto va a ser más aburrido que zoológico sin monos.

¿Pispeaste el cacho de esplendor que andás buscando?

Y no son mis palabras, sino el tono: no es lo que estoy diciendo, sino lo que no puedo decir.

- ¿Sabe que usted entristece a la gente?

Nada en el mundo da tantas ganas de tomar whisky como contar sueños o evocar la infancia.

Estar contento una noche bien vale jugarse el destino.

Escribió sobre su cobardía y su egoísmo, y era consciente incluso del egoísmo y la cobardía que significaba la liberación de escribirlo.

Y además pienso en vos. Mucho. Me acuerdo mucho de vos, quiero decir (...). Lo que me acuerdo mejor es que hablabas todo el tiempo y, sin embargo, dabas la impresión de que se te podía contar todo. Creo que con nadie he hablado más que con vos.







1.- ¿Es la bebida causa de ausencia en su trabajo?
2.- ¿Hace desgraciada a su familia el hecho de beber?
3. - ¿Bebe usted porque se siente a disgusto con la gente?
4. - ¿Bebe hasta el punto de afectar su reputación?
5. - ¿Ha experimentado alguna vez remordimientos después de haber bebido?
6. -¿Ha experimentado dificultades financieras por el hecho de haber bebido?
7. - Cuando bebe, ¿frecuenta malas compañías o un ambiente de condición inferior?
8. - ¿Se olvida del bienestar de su familia cuando bebe?
9. - Desde que bebe, ¿carece usted de ambición?
10. - ¿Se siente obsesionado por el deseo de beber a ciertos momentos del día?
11.- ¿Desea usted tomarse una copa a la mañana siguiente?
12.- ¿Tiene dificultad para dormir después de haber bebido?
13.- ¿Han disminuido sus aptitudes desde que bebe?
14.- ¿Compromete la bebida su posición o su negocio?
15.- ¿Bebe usted para eludir las preocupaciones o las molestias?
16.- ¿Bebe usted a solas?
17.- ¿Ha sufrido amnesia a causa de la bebida?
18.- ¿Le ha tratado su médico contra el alcoholismo?
19.- ¿Bebe usted para reafirmar la confianza en sí mismo?
20.- ¿Ha estado internado en un hospital o en una institución a causa del alcoholismo?


Si ha contestado afirmativamente a una de estas preguntas, quizá sea usted alcohólico.
Si ha contestado afirmativamente a dos de estas preguntas, hay grandes posibilidades de que sea usted alcohólico.
Si ha contestado afirmativamente a tres o más preguntas, es indudablemente un alcohólico.
(Cuestionario utilizado por el hospital de la Universidad de John Hopkins, Baltimore.)



Teatro

Lo bueno del alcohol es que lo embriaga a uno.

Lo han visto emborracharse brutalmente, como si se odiara.

La mentira ¿entiende?, es lo que hace soportable al mundo.

Lechón que mira al cielo, cae redondo.

Porque el mundo es de los fuertes, y de los hermosos, y de los crueles.

No hay comentarios:

Publicar un comentario