miércoles, 10 de diciembre de 2014

Baricco, Alessandro

     Iba tirando a base de fantasía y de recuerdos, y es lo único que puedes hacer, a veces, para salvarte, no hay nada más.  Un truco de pobres, pero que siempre funciona.
     En fin, aquélla era una historia acabada. Que parecía verdaderamente acabada.

     (...) cuando se levantó no fue ella la que salió de mi vida, fueron todas las mujeres del mundo.
(De Novecento)



Tenía los ojos fijos en los labios de Hervé Joncour, como si fueran las últimas líneas de una carta de adiós.

El resto del tiempo lo consumía en una liturgia de hábitos que conseguían defenderlo de la infelicidad. De vez en cuando, en los días de viento, descendía hasta el lago y pasaba horas mirándolo, ya que, diseñado en el agua, le parecía ver el inexplicable espectáculo, leve, que había sido su vida.

(...) ¿lo ves? Nadie podrá cancelar este instante que pasa.
(De Seda)


Me di la vuelta y me fui de allí rápidamente --sólo me aterrorizaba la idea de que me vieran, ya no me importaba nada más. Cuando llegué a casa, yo era alguien que se ha rendido.
( De Emaús)

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