sábado, 25 de febrero de 2012

Sherrill, Steven. El minotauro sale a fumar un cigarrillo.



The Minotaur, George Frederic Watts 1817-1904 
(Tate Britain, Londres) 


Ha pasado mucho tiempo desde que su vida tuviera alguna relevancia fuera de sus circunstancias más inmediatas, y, a medida que va pasando el tiempo, cada vez menos gente parece saber quién es o tener interés alguno en descubrirlo, así que se siente oculto bajo un tenue velo de engorroso anonimato. Claro está que una criatura medio hombre medio toro no pasa desapercibida en la lavandería, comprando comestibles o dedicándose sencillamente a las tareas propias de la existencia, pero en este mundo parece haber grados de diferencia. Si la mayoría de la gente supiera la verdad sobre sus vida y sobre las cosas que ha hecho -independientemente de que no tuviera más opción que hacerlas-, su vida en el aquí y el ahora sería mucho más complicada. Afortunadamente la mayoría de la gente no  lo sabe, y aunque a menudo sustituyen las verdades de su vida con rumores y mentiras, todas las historias que inventan le parecen bien al Minotauro. La estricta dieta de sangre y carne humana en los oscuros y resecos corredores del laberinto le endureció la piel  hace ya mucho tiempo. Además, el Minotauro disfruta de la bendición de tener una memoria imprecisa.

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