martes, 27 de mayo de 2014

De Luca, Erri. Los peces no cierran los ojos.

     Ahora lo sé, provoca cambios y a las personas les gusta que las cambien. No sé si me gusta, pero ahora lo tengo y antes no.

     Eva y su esposo, saliendo del jardín, habían vivido ya todo el bien del mundo. La vida añadida más tarde, lejos de aquel lugar, no fue más que una divagación.


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