viernes, 4 de noviembre de 2011

Chandlerianas




(De El Rey de amarillo)

La compañía era lo suficientemente importante como para permitirse toda falta de ostentación.

Yo diría que sólo estaba tratando de engañarse a sí mismo... como cualquier perdedor.

Parecía más prolijo que un libro envuelto para regalo.

Una rubia como que hubiera hecho pecar a un obispo.

Lo que uno pidiera, lo que uno quisiera, ella lo tenía.

Nos miramos una fracción de segundo, que pareció durar más de lo que tarda en crecer un pino.

(...), la propia civilización había creado la maquinaria necesaria para su propia destrucción y aprendía a usarla con el estúpido placer de un gángster que prueba su primera ametralladora.


(De Poodle Springs, con Robert Parker)

El movimiento suele ser un sustituto adecuado de la acción.

En las escaleras reinaba el mismo olor a humedad y vidas frustradas.

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