Era muy educado con el personal, como lo había sido el señor Péricourt. "Cuanto más respetuoso eres con los subordinados, más te temen" solía decir; "se sienten impresionados, casi amenazados por tu cortesía: es un principio de la psicología".
Bastaba con observarlo para hacerse una idea bastante exacta de sus sentimientos íntimos y percibir la rigidez y la tensión características de las cóleras de combustión lenta, que son aún peores en los animales de sangre fría.
(...) reconozcámoslo, el tiempo no suele dar la razón a los optimistas.