(...) pero no seguí adelante con ese empeño. Al esforzarme por recapitular lo que no tuvo mañana para mí y se quedó en el aire, buscaba una brecha, líneas de fuga. Es que estoy llegando a esa edad en que la vida se va replegando poco a poco sobre sí misma.
El olvido acaba por roer lienzos enteros de nuestras vidas y, a veces, minúsculas secuencias intermedias.
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