Las demás palabras, a pesar de deslizarse por un cable eléctrico, parecían ir en una carretilla sobre pedregales.
El recuerdo, como sustancia, es limitado. Hay una cantidad exacta de él en el mundo, que ni aumenta ni se renueva, y no alcanza para todos. Esto hace posible la existencia del olvido, que abunda y está en todas partes, es como el aire y se confunde con el tiempo.
(Tres golpes de timbal)