Fue una década difícil. Pasaron muchos años pero haberla sobrevivido no comporta otro mérito que añorarla, algo que pasa con el tiempo recaudado por cada uno y que no tiene otra luz ni otro color que el que le asigna cualquier persona recordando. Y los años son lo mismo para cualquiera: tiempo perdido.
Solo quedó, por olvido o por alguna misteriosa razón -o porque el olvido es una misteriosa razón- (...)