Sin embargo, eso no fue lo peor para mí, sino el pensar a dónde iría a parar el mundo y qué esperábamos conseguir de él cuando reptiles como ese caballero pasaban por delante de hombres como yo. Ha sido tal el desprecio que me han hecho que creo que nunca conseguiré sobreponerme, y que tendré que consumirme en este fuego. El mundo no cambia; personas que no tienen otro mérito que el de estar orgullosos y vanidosamente satisfechos de sí mismos han ganado con frecuencia a todos haciendo que les supongan los méritos que aparentan,
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