La música provenía de una máquina de discos. En el fondo había un escenario vacío para la orquesta. Todo lo que quedaba de las grandes veladas de la época de la guerra en el suelo desgastado, hileras de mesas desvencijadas, olores como recuerdos borrachos en las paredes y andrajosas decoraciones como anhelos ebrios.
Los clientes percibían la depresión que la sala destilaba, Sus rostros buscaban a tientas la risa y la diversión y no podían asirlas. Ninguna de esas caras significaba algo para mí.
Los clientes percibían la depresión que la sala destilaba, Sus rostros buscaban a tientas la risa y la diversión y no podían asirlas. Ninguna de esas caras significaba algo para mí.
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